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‘Berberian Sound Studio’

Hay películas que, por sus características, están destinadas a círculos minoritarios, donde aguardan a la espera de que los aficionados las descubran y sepan apreciarlas. Es el caso de ‘Berberian Sound Studio’, un homenaje sonoro al terror y al ‘giallo’ italiano, un género por sí mismo. Peter Strickland dirige una obra de atmósfera extraña y envolvente, con momentos fascinantes, y que se apoya en el trabajo de un buen actor como Toby Jones. Abierto a interpretaciones, y críptico en su significado, el filme pasó por la sección oficial del Festival de Sitges y se exhibe en el marco del Atlántida Film Fest, el certamen de cine ‘online’.

Toby Jones protagoniza 'Berberian Sound Studio'
Toby Jones protagoniza ‘Berberian Sound Studio’

Gilderoy, un técnico de sonido británico, viaja a Italia tras ser contratado para participar en la última película de Santini, un maestro del ‘giallo’. Pronto se siente fuera de lugar por la barrera idiomática, el tono violento de la producción y por la sensación de que ha sido engañado y no va a cobrar. En un ambiente decadente, los sonidos e imágenes empezarán a afectarle.

Cartel de 'Berberian Sound Studio'
Cartel de ‘Berberian Sound Studio’

‘Berberian Sound Studio’ es, ante todo, un ejercicio de estilo. El largometraje corrobora que Strickland conoce a la perfección la sonoridad del horror. Se trata de una propuesta de cine dentro del cine desde la perspectiva del lado técnico. Está marcada por los gritos de las víctimas de la película de Santini, que se escuchan en el fuera de campo mientras la acción acontece en el estudio. Nunca se ven imágenes de esa obra, pero el espectador la siente, lo que constituye un logro de la malsana puesta en escena.

Hay momentos hipnóticos (cuando las actrices gritan en la cabina delante del micrófono para el doblaje) y no falta una cierta dosis de humor negro, representada en la manera de obtener sonidos similares al de las torturas; Gilderoy y sus ayudantes cortan frutas y hortalizas. En el último tercio, lo onírico se apodera del relato, que se cierra con un final desconcertante y precipitado.

Lo mejor: la atmósfera extraña y su tributo al ‘giallo’.

Lo peor: la deriva onírica de los últimos minutos, que culmina en un final desconcertante.

Puntuación: 7/10.